¿Por qué nos emparejamos?
¿Qué es la pareja?, se pregunta el conferenciante. Solemos entender por pareja una relación sentimental, del orden que fuere, con otra persona. Pero, ¿por qué nos emparejamos? Esta pregunta se la trasladó Ramiro Calle a miles de personas y las respuestas forman un variado abanico de opiniones en su libro «El arte de la Pareja» Sorprendentemente hay tantas opiniones como parejas: desde quien dice abiertamente que quiere tener pareja por una cuestión solamente sensual, a quien dice que por viajar juntos, por divertirse, por compartir, por departir, o quien declara que por tener un compañero en la vida y poder luchar más o mejor acompañado en las circunstancias vitales a veces adversas que vivimos…
La gente daba los testimonios más diversos, pero nunca aparecía la palabra cariño. Le dejó perplejo que nadie dijera «me emparejo cuando quiero y siento cariño por una persona». Porque la pareja son dificultades, una suma de complicaciones. Creemos que la pareja va a resolver todas nuestras complejidades, que va a cumplimentar todas nuestras expectativas. Y al final vienen la desdicha y el dolor, salvo que haya un cariño inmenso y profundo por la otra persona, que pueda compensar todas las dificultades propias de la pareja.
Complejidad y conflicto
Cuando nos emparejamos todos tejemos en nuestra mente un universo totalmente idealizado de lo que puede ser la relación de pareja, pero luego, en lo que llamaríamos «el verdugo del amor», que es la convivencia, la cotiadineidad, surge muchas veces el conflicto, la tensión, la disparidad de sentimientos y opiniones y el desgaste inevitable de toda pareja. Si no hay cariño, es muy difícil mantener y sostener. Porque cuando nos emparejamos formamos una relación mutuante, de ayuda recíproca, y mutante, que va evolucionando.
Adentrarse en lo que uno desea
Toda pareja, toda relación humana libremente elegida, debe ser para la dicha, el bienestar, el crecimiento recíproco, la ayuda y la evolución. Si una pareja es un foco de tensiones y perturbaciones, ¿por qué mantenemos la pareja? La pareja es una elección; nadie, nos obliga a la pareja. Las personas por las que optamos son una elección. Y dentro de esa elección, cada persona debe intuir o indagar qué tipo de pareja desea.
La conviviencia
A la famosa actriz Marlene Dietrich le preguntaron «¿No es bueno que, en un matrimonio, cada uno viva en una habitación?» Y ella respondió «No, no; que viva cada uno en un piso». Porque muchas veces esa convivencia cerrada es la que crea desgaste. Un maestro de yoga me decía «Si alguien te gusta, ténle lejos y te seguirá gustando». Porque justo lo que al principio te encanta de tu relación es lo que acabas detestando con la convivencia cotidiana, como no haya una gran tolerancia, porosidad psíquica y permeabilidad emocional.
¿Por qué nos desemparejamos?
Hay personas que se separan en poquísimo tiempo, pasan del encanto al desencanto, las hay que dicen «daría la vida por t» y luego, un tiempo después, se odian. Los malos tratos no hay que centrarlos en los de crueldad muy manifiesta o evidente, como los malos tratos físicos. Es que hay otro tipo de malos tratos que se dan constantemente en las parejas y nos pasan inadvertidos: la palabra acre, la palabra irónica, las humillaciones, las intolerancias, el minar y sabotear sistemáticamente la autoestima de la otra persona. Lamentablemente, cuando uno va escarbando se da cuenta de que incluso esas parejas que parecen tan armónicas utilizan la lengua uno contra otro, como si fuera una daga, para hacerse daño. En la mayoría de las parejas hay malos tratos psíquicos encubiertos.
La pareja que está basada en el egocentrismo, o en el narcisismo, o en la docilidad o en el dominio, al final es insostenible. Ahí llega el momento de saber soltar. Es quizá la parte más complicada porque es donde aparece la sombra de todo aquello que hemos querido ocultar durante la relación. A parece la necesidad del otro, el egoísmo, el autoengaño, el miedo a la soledad, a uno mismo, al dolor. Es importante por tanto aprender a fluir no solo en asir sino en el soltar, soltar las situaciones y las personas que están en otro camino dejarlas marchar y encontrar un nuevo camino con sentido.
Fuente: Texto extraído de la conferencia que impartió Ramiro Calle en el Foro Ciencias Ocultas y Espirituales
Sobre Ramiro Calle
Ramiro Calle es maestro y pionero de la enseñanza del yoga en España, disciplina que imparte desde hace más de treinta años en el centro de Yoga y Orientalismo “Shadak”, en Madrid.
Ramiro Calle, pionero de la enseñanza del Yoga en España, orientalista de reconocido prestigio (ha publicado más de doscientos libros) y viajero infatigable por la India en busca del alimento espiritual que le proporcionan maestros y gurús del hinduísmo.
“No soy un guía, ni un consultor profesional, ni un gurú, ni siquiera un maestro, sino simple y llanamente, un instructor que trata de compartir, impartir y departir enseñanzas que ha ido recibiendo, afortunadamente, a lo largo de todos estos años”, ha advertido al comienzo de su disertación, precedida por la habitual presentación a cargo de su discípulo y amigo Paulino Monje, profesor de Yoga mental.
Libro:
El arte de la pareja, saber asir saber soltar
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