La meditación es el arte de parar y un método para entrenar y purificar la mente
«La mente es un torrente de pensamientos totalmente inútiles, desordenados y que no son provechosos ni para nosotros ni para los demás.» Lo ha dicho Ramiro Calle en la conferencia con la que se ha clausurado, en la Estación de Príncipe Pio, el 28 Foro de las Ciencias Ocultas y Espirituales.
El prestigioso orientalista y pionero del Yoga en España se refería a las mentes descontroladas, dominadas por las emociones y las pasiones, en contraposición a lo que él ha calificado de «una buena mente», limpia y ordenada, a la que se cuida y ejercita como solemos hacer con nuestro cuerpo.
Nuestra vida interior
Del mismo modo que aspiramos a mejorar nuestra calidad de vida externa, también debemos aspirar a una mayor calidad de nuestra vida interior. Y a pesar de que siempre cargamos con ella, nuestra propia mente es para nosotros una gran desconocida y, al no controlarla, somos incapaces de generar en ella estados de conciencia positivos, que nos beneficien a nosotros y a los demás.
«En el Yoga, en la tradición oriental -ha seguido diciendo- para la búsqueda de uno mismo no nos servimos de creencias, sino de experiencias. Lo importante es practicar» Y ha añadido que de nada sirve estar todo el dia pronunciando la palabra «luz» si uno no se decide a encender la lámpara. Pues para que todos podamos encender la lámpara, Ramiro Calle nos ha dado algunas claves.
En primer lugar, hay que aspirar a terner una buena mente, sosegada y armónica, porque si no se tiene se experimentan ansiedad, profunda insatisfacción, tribulación, miedo, incertidumbre, abatimiento, depresión… estados muy negativos. También estados emocionales perjudiciales, como celos, odio, rabia, resentimiento y tantos otros. Una mala mente es una fábrica de sufrimiento continuado. Añade complicaciones a las complicaciones, cuando no hay problemas los crea imaginarios, remueve recuerdos nocivos, nostálgicos, dolorosos o se pierde en ensoñaciones y fantasías. Cuando debería ocuparse de las cosas, se preocupa. Se vuelve contra nosotros y acaba por tiranizarnos.
Cualquier edad y circunstancia es buena para empezar
El conferenciante ha advertido que cualquier edad y circunstancia es buena para empezar a tratar de conseguir una buena mente, para lograr su desarrollo armónico y que, en lugar de causarnos tantos problemas, nos ayude en nuestro crecimiento interior y a mejorar nuestras relaciones con los demás. Todos podemos mejorar nuestra mente y para eso existen, desde hace miles de años, inumerables enseñanzas, métodos y técnicas. Entre ellas destacan el yoga y la meditación.
La meditación, ha señalado Ramiro Calle, es la forma más directa de ir saneando nuestra mente y está al alcance de todos. Es un nutrimento para la mente. «Del mismo modo que le damos al cuerpo vitaminas -ha asegurado- tenemos que dárselas al alma. Igual que atendemos, cuidamos, aseamos y ejercitamos el cuerpo, con mayor razón hay que hacerlo con la mente, porque es muy delicada y puede crear problemas terribles, peores que los del cuerpo».
Una medicina para el alma
El conferenciante ha definido la meditación como un método para entrenar y purificar la mente. Una medicina para el alma que no tiene contraindicaciones y la puede practicar uno mismo. Pero sus benficios pueden ser asimismo físicos: se están realizando investigaciones para comprobar hasta qué punto la meditación ayuda a prevenir el ictus o hemorragia cerebral, el infarto de miocardio, el insomnio y otras enfermedades, sobre todo en sociedades hipertensas y estresantes.
También ha dicho que es el arte de parar. Detener los pensamientos, apartar las ocupaciones y preocupaciones durante unos minutos al dia, recogerse en uno mismo y tratar de tranquilizar la mente, poco a poco, realizando ejercicios de los que ha explicado con detalle algunos ejemplos.
Perseverancia
Sin embargo, la meditación no es una tarea fácil para los principiantes, porque como dice el adagio «está en la naturaleza de la mente distraerse, como está en la naturaleza del fuego quemar». Pero hay que ser perseverante y no dejarse vencer por el desaliento. Otro antiguo adagio reza que «la mente labra su servidumbre, la mente labra su libertad». Y Buda decía que la lámpara está dentro de ti y dentro de ti tienes que]]>