Las tradiciones y leyendas del Tarot
El Tarot, viajero en el tiempo, ha ido adquiriendo diversos ropajes, según la época y el lugar donde era practicado. Sin perder su auténtico significado, algunos arcanos se adaptaron a la simbología de creencias, tradiciones, alquimia, heráldica, misterios desvelados y también mitos y leyendas que diferentes autores creyeron ver reflejadas en ellos.
Tarot de Visconti del siglo XV
Se dice, por ejemplo, que el famoso Tarot de Visconti del siglo XV, (ilustrado en oro por encargo de la familia milanesa Visconti-Sforza) reproduce en el arcano de La Sacerdotisa (llamado en este Tarot La Papisa) la imagen y el rostro de su antepasada
Manfreda Visconti, quien según se cuenta lideraba un grupo cristiano que pedía el acceso de la mujer a las jerarquías eclesiásticas. Manfreda que predicaba y escribía sus propias versiones evangélicas, fue quemada viva por hereje en el año 1300.
Papisa Juana
Otros tarots vinculan la imagen de la Sacerdotisa con la historia-leyenda de la Papisa Juana, que llegó a ocupar el sitial de San Pedro durante dos años con el nombre de Juan VIII.
Desde muy joven, Juana que disimulaba su condición de mujer con hábitos de monje, tuvo acceso al estudio de libros religiosos llegando a ejercer de erudito, docente y consejero, de forma que fue ascendiendo en la jerarquía eclesiástica hasta ser nombrada Papa. Durante todo este tiempo Juana consiguió mantener hábilmente su secreto, pero quedó embarazada de su amante y el destino quiso que se pusiera de parto durante una multitudinaria procesión.
El Colgado
Asimismo, el arcano de El Colgado, ha sido asociado en algunas versiones con la leyenda del dios escandinavo Odín, quien buscando la sabiduría permaneció colgado bocabajo de las ramas de un fresno sagrado, y así se mantuvo en riguroso ayuno hasta que recibió la señal que le iniciaba en el supremo conocimiento.
Por otra parte, el arcano de La Torre, ha sido relacionado con el mito de la Torre de Babel, y el arcano de El Diablo, con la misteriosa imagen del Baphomet de los Templarios.
La riqueza simbólica de los arcanos mayores ha inspirado muchas asociaciones, aunque también la fuerza de las leyendas llega hasta los arcanos menores. En la Tradición celta encontramos una de las más representativas.
Los Arcanos menores y los Cuatro Tesoros de Irlanda
Los conocidos palos que componen los arcanos menores: bastos, copas, espadas y oros (o pentáculos), están simbólicamente relacionados con los cuatro elementos: Fuego, Agua, Aire y Tierra respectivamente, pero también parte de su origen se atribuye a la leyenda céltica que habla de los cuatro tesoros de Irlanda: La Lanza de Lug, El caldero de Dagda, La Espada de Nuada y La Piedra de Fal.
El origen de esta leyenda se remonta a los instrumentos mágicos que decían poseer los pueblos nórdicos conocidos con el nombre de los Tuatha de Dannan -hijos de la diosa Dana-, que con el tiempo se asentaron en Irlanda.
La Lanza de Lug
Lug -dios del Fuego y de la Luz- era el gran artesano conocedor de todos los oficios y todas las artes. Lug fue el artífice de la lanza, cuya punta envuelta en llamas, siempre daba en el blanco elegido.
La influencia de esta lanza -evocadora del palo de bastos y el elemento Fuego-, fue asimismo un símbolo pagano convertido durante la Edad Media a la simbología cristiana, bajo la imagen de la Lanza de Longinos, nombre del soldado que clavó su lanza en el costado de Cristo crucificado.
El Caldero de Dagda
Dagda -dios del mundo subterráneo y excelente guerrero- fue el más venerado por los druídas, ya que él mismo fue un sabio druida, señor de los elementos, la magia y la adivinación.
Dagda tenía entre sus más preciados objetos mágicos el Caldero llamado Dador de Vida, al que se atribuían virtudes sanadoras de regeneración y también el don de la abundancia. Posteriormente la iglesia cristiana en su cohesión de símbolos paganos y cristianos, asoció este caldero -evocador del palo de copas y el elemento Agua- con el Santo Grial.
La Espada de Nuada
Nuada fue el rey de los Tuatha de Dannan, y el poseedor de una espada mágica que hacia invencible a quien la esgrimiera. La adaptación cristianizada de esta espada evocadora del palo de espadas y el elemento Aire, nos lleva a la famosa Excalibur, la espada que Arturo liberó al sacarla de la piedra donde estaba clavada, y demostrar de esta forma que él era el autentico heredero del trono.
La Piedra de Fal
Evocadora del palo de oros y el elemento Tierra, se conocía también como la Piedra del Destino, ya que tenía la particularidad de emitir un agudo sonido, únicamente cuando era tocada por el legítimo rey de Irlanda. La piedra que daba el poder de gobernar, estaba considerada como juez infalible en los litigios de sucesión. Y siguiendo con la conversión a símbolos cristianos, esta piedra se asoció a la fuente que Jesús utilizó en la Última Cena.
María Jesús Palmer Profesora de Astrología
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